Powered By Blogger

sábado, 26 de abril de 2025

Med

Me parece que mis palabras no logran alcanzarte en la forma en que desearía. No te culpo, no te reprocho, ni busco justificarme. No intento reavivar antiguas heridas, ni persuadirte de nada. No hay dobles intenciones en lo que te expreso; no pretendo herirte ni hacer mofa de ti, pues jamás he concebido el dolor ajeno como camino, ni el señalamiento como propósito.

Sé que, desde tu percepción, podrías pensar que busco culparte o que me aferro a mi propia culpa, pero no es así. Lo que ocurrió pertenece ya al pasado, y en el pasado debe permanecer. ¿Qué sentido tiene seguir desgastándonos en las mismas discusiones?

Recuerdo con total claridad que me dijiste que no serías mi amiga ni ocuparías ningún otro lugar en mi vida; lo tengo presente, sin necesidad de recordarlo a cada momento. Sin embargo, aun cuando las circunstancias nos distancien, siempre seremos algo, alguien, en la memoria del otro. Porque, al final, como dicta ese "Carpe Diem" que tanto me atribuyes, jamás he querido etiquetar relaciones ni sentimientos.

Te lo expresé alguna vez: vivir es viajar, es habitar una maleta perpetua, es pertenecer a todos los lugares y, tarde o temprano, partir de todos ellos ( Me refiero a morir )

Guardo intacto en la memoria aquel instante en que, viéndonos frente a frente, me pediste que me alejara y te dejara en paz. No fue un mensaje escrito: fue palabra viva, pronunciada en presencia.

No deseo remover lo que ya ha sido, ni encontrar culpables donde no los hay. Y si, de algún modo, piensas que asumir que tú diste fin a nuestra historia me ofrece algún consuelo, puedes quedarte con esa idea; mas para mí resulta, en verdad, un gesto superfluo. ( No es una ofensa ) Hago referencia a que recortes el mismo sendero de tus palabras cuando no debes hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario