Cuarenta y tantos

Contradecía vehementemente tus aseveraciones, el origen de esas ideas me resultaba inusual, en múltiples ocasiones negué su veracidad a todas esas afirmaciones, sin embargo, persistías en tu incredulidad, incluso llegué a percibir tu molestia cuando juraba mi sinceridad, experimentaba una desazón interna al constatar que mis acciones minaban la credibilidad de mis afirmaciones, persistes en la duda incluso en este instante, subrayando tu perspectiva en cada palabra, y aunque creas que no respondo conforme a tus afirmaciones, lo hago de manera reflexiva,  recordando tus propias palabras, admitías la fatiga de la repetición constante, no obstante, aún expreso mi amor de manera peculiar y reiterativa a pesar de nuestra separacióni, los sentimientos perduran una eternidad, extrañamdo tu presencia y el aroma de tus palabras, es así como permanezco aquí, inmutable, hasta que la vida decida silenciarme, dejandome sin aire en los pulmones, para que así dejes de responder y leerme, y la tristeza que sientes al recordar.