Hace mucho frío.

Al escribir abordo todo aquello que oculto revelando sombras luminosas en mi silencio interior, alejarme de ti partió mi alma fracturando todo mi ser, una dolorosa armonía de amargos suspiros, dejé de regalarte flores cuando me di cuenta que su belleza palidecia ante la tuya y por eso morían en el contraste efímero de una triste elegancia marchita. No puedo negar el amor que siento por ti, la melancolía que aborda el barco de mi vida que naufraga sin sentir tu alma junto a la mía en la paradoja de un amor ausente, navegando entre suspiros solitarios, Te extraño tanto, que de nada me sirve escribir bellamente por qué estas tan lejos de mi, pues tu ausencia embellece mis palabras pero desgarra mi corazón, la vida sin ti es una paradoja que me sumerge en la existencia, donde la ausencia de tu ser es la paradoja misma de mi ser, es como una canción silenciosa, donde la melodía de tu ausencia resuena más fuerte que cualquier nota presente, un eco vacío donde mis palabras reverberan buscando tu respuesta, pero solo encuentran el silencio. Ahora solo estás aquí por medio de esta pantalla, una conexión digital que me abraza a la distancia, antes de pensar con trsiteza mientras te alejas en la distancia intangible para mi, pero viajas conmigo siempre, en mi corazón, en mi ser mismo, tu foto impresa en el álbum de mi vida donde escribo las palabras te amo una y otra vez a pesar de la nostalgia efímera de un amor inmortal, donde las palabras persisten como tatuajes en el libro de nuestra historia compartida. Hoy y siempre.