Las palabras continuarán fluyendo en este espacio; persistiré en plasmar los dictados de mi mente y corazón, permanecerán como expresiones para ti, aun cuando el amor que me profesabas ya no te abrace y me leas con indiferencia, quizá me hayas relegado al olvido, y de tus labios no brotará un nuevo "te amo". Sin embargo, sin temor confieso que yo sí lo pronuncio y que mi anhelo por ti siempre será incesante y que siempre te amaré.
Más interesante que lo que la gente dice es su pensamiento secreto, y esto es lo que importa conocer, por que la verdad filosófica no es la concordancia del pensamiento con el objeto, sino la adecuada expresión del ser del propio filósofo.
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