Mis hojas de noviembre

Hubo un tiempo, conocí a aquella chica, ella era diferente, el mundo parecía lleno de bruma cuando estaba a su lado, pensaba que entre toda esa bruma algún día la perdería de vista y así fué, el inexorable paso del tiempo no perdonó jamás mis débiles palabras de amor y arrebato, arrebatando su figura de mi lado, pienso en ella todo el tiempo, y al cerrar mi mente aún recuerdo su voz, y aquella canción que solía dedicarle, su timbre de voz acaricia mi escencia, y desnuda así mi corazón. Hubo un tiempo, en qué estaba a mi lado, en qué caminaba mostrando su corazón, cuando la lluvia mojaba mis lágrimas, cuando la noche cubría nuestras caricias, cuando el universo contemplaba nuestras palabras que decían: no te preocupes, todo va a estar bien, y lo más triste, es que no fué así, llegó el ocaso y con el su partida, desde ese día no quiero mirar el cielo nocturno, por qué cada vez que lo hago repito una y otra vez te amo, te amo, y te amo, aunque se que debes perdonarme por hacerlo, pues tú ya no estás conmigo y te ha olvidado de mi, pero como mis palabra dijeron: siempre voy a amarte a pesar de no saber de ti.