Bajo el manto de la calma, en un susurro sutil,
mis pensamientos me abrazan, en un tranquilo perfil.
El tiempo, como un río, fluye apacible y lento,
mientras mi ser acaricia un sosiego sin tormento.
Entre notas serenas, que el viento suspira,
mis sueños se elevan, en una dulce delicia.
Las llamas extinguidas, en la serenidad,
dejan espacio a la paz, en plena libertad.
Y mis ojos reflejan la quietud del ocaso,
en la danza suave de un eterno abrazo.
El aire se torna cómplice de mis suspiros,
mientras la vida transcurre entre suspiros.
Así, en la calidez de este tiempo sosegado,
encuentro la dicha, en un ser renovado.
El eco de pasiones, ahora en armonía,
teje melodías de mi vida en melodía.
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